Sus piedras
Sus piedras natales son de colores fríos e intensos como el azul o el morado
Piedra de luna, Amatista, Aguamarina, Berilo, Heliotropo, Ágata Azul, Calcita, Peridoto, Ónix, Esmeralda.
De estas hemos escogido 3 que representan su marea emocional tan característica
AMATISTA
Las amatistas a través de sus irradiaciones difunde más armonía, unión y calor en las familias. Protege el hogar con buenas energías. Ejerce efecto calmante sobre las personas y mejora la capacidad de concentración. Proporciona sueño tranquilo y evita pesadillas. Ayuda a controlar el alcoholismo.
Sus efectos terapéuticos para el cuerpo son muchos, como cura de jaquecas, protección para el páncreas, hígado, vasos sanguíneos, piel, impide la caída del cabello.
AGUA MARINA
Las agua marinas ayudan a la orientación, a dominar el miedo, proporcionan agudeza mental, traen armonía a los ambientes intranquilos. Para los matrimonios o parejas ofrece protección, transforma el amor y fidelidad en más profundos y duraderos. Es la piedra de la claridad, purifica el aura y el alma.
Recomendada para problemas de garganta, ganglios linfáticos, pulmón y respiratorios.
ÓNIX
El ónix establece la armonía entre el cuerpo y el alma, entre Yin y Yang. Proporciona equilibrio mental y corporal, ayuda a pensar con más claridad, favorece y potencializa la meditación. Usada contra la melancolía, depresión e influjos negativos, es la protección contra magia negra, encantamientos y brujerías.
Es la piedra del poder, recomendada para los atletas o personas que sufren de mucho stress mental o emocional.
Estabiliza la circulación sanguínea, mejora los problemas de la piel, de la audición.
PISCIS pertenece al elemento AGUA y es regido por Neptuno y Júpiter. Es el duodécimo y último signo del zodíaco, corresponde a la duodécima casa, es decir, simboliza la última puerta, la que conduce a un plano superior y místico. Existen diversas leyendas mitológicas en torno al origen de este signo, las más aceptadas tienen que ver con Afrodita, la diosa del Amor y su hijo Eros (Cupido), dios del deseo; durante la cruenta batalla contra los Titanes, fueron sorprendidos por uno de ellos, Tifón, y la diosa asustada junto a su hijo se lanzaron al río convirtiéndose en peces para poder huir. Otras versiones hablan de que fueron salvados por dos peces y en agradecimiento a ello, estos fueron llevados hasta el cielo donde permanecen como las estrellas que forman la constelación de Piscis entre las de Acuario y Aries. Así surge su representación gráfica de dos peces que nadan en sentido opuesto pero que están unidos por un cordón, interpretándose como la dualidad entre el plano físico y espiritual.
Es un signo mutable, es decir que se pueden encontrar características opuestas en una única personalidad (dicha mutabilidad también se refleja en su símbolo). Los individuos que nacen bajo el signo de Piscis son contradictorios e imaginativos. Suelen ser sensibles ante el sufrimiento de los demás, siempre compasivos responden con buena voluntad y ganas de ayudar, no gustan de respetar las convenciones, aunque por su amabilidad tampoco tienden a luchar contra lo establecido, sencillamente van por otro lado; son apasionados y no les gusta sentirse presos.
Los Piscis expresan con acciones lo que perciben ya que les cuesta mucho transmitirlo con palabras y esto es fuerte para ellos porque tienden a vivir de una manera más emocional que racional, de forma instintiva e intuitiva más que de forma lógica, lo que los hace estar en los dos extremos: pecar muchas veces de ingenuos y otras de escépticos. Siempre buscan relaciones que vayan más allá que una unión puramente sexual al ser personas fieles, adaptables y que desean una unión con la mente y el espíritu de su pareja .
